25 DE DICIEMBRE DE 2008
Queridos Hermanos:
Los ángeles cantan “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra Paz a los hombre de buena voluntad”
Vemos la gloria de Dios manifiesta en este día, en el niño nacido en el portal de belén. La escena llena nuestro corazón de paz y alegría.
¿Qué corazón no se regocija al contemplar a un recién nacido? Sin embargo, es de manera peculiar que debemos encontrar paz al mirar a este Niño, porque ha nacido bajo las circunstancias más humildes. Esta en un establo, descansando en un pesebre. Naturalmente nuestros corazones deberían sentir tristeza por esta situación.
¿Quién en el mundo le gusta fijarse en los pobres? El mundo entero siente un rechazo ante estos.
Los pobres son una desgracia para las ciudades, pueblo o municipio. Quienes tienen autoridad en estas hacen todo lo posible por eliminarlos de su vista. Los corremos o buscamos un lugar donde puedan permanecer. Estamos dispuestos a hacer todo lo que sea necesario para también quitarlos de nuestra presencia. Toda vez que son una distracción de nuestra visión mundana de paz y felicidad.
Causan malestar por sus sufrimientos y porque demandan del sacrificio de nuestra parte para acudir a su auxilio. Si los ignoramos no podemos estar en paz con nosotros mismos por no ser caritativos y nuestra conciencia constantemente nos lo estará recordando. Razón por la cual buscamos borrarlos de nuestra presencia y ocultarlos.
Esta es la vida que Cristo decidió vivir. Vino a los pobres, de manera humilde. Por lo que fue rechazado y despreciado por el mundo.
Y aún así, los ángeles cantan, y todos los que tienen este mismo espíritu cantan con ellos. Cristo nuestro salvador ha nacido, se ha convertido en uno de nosotros para salvarnos, se ha hecho el más insignificante de nosotros para salvar al más sencillo de nosotros.
El nacimiento de este Niño, es la gloria de Dios. Vemos la grandeza de Dios al hacer maravillas de las cosas más insignificantes. Cambia todo lo malo en algo bueno. La desgracia del pobre se convierte en una virtud y gracia cuando es voluntaria y a imitación y por el amor de Dios. El hambre, la sed, el frio y todos estos malestares se convierten de males físicos en bienes espirituales en unión con Dios.
Ha venido al lugar mas humilde y sencillo para llevarse todas esas almas a las alturas de los Cielos.
Sin embargo, no todos los hombres serán elevados al cielo. Luego entonces, no todos sienten júbilo y gozo y paz interior. Sólo el número reducido de los que comparten con El esta alegría y verdadera Paz. La paz que los ángeles cantan es entre los “hombres de buena voluntad”. Los que no son de buena voluntad, no recibirán nada de esta Paz.
Todos los que han rechazado Sus enseñanzas obviamente no son de buena voluntad. Los que rechazan o ignoran Su Ley. “Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”, los que están divorciados y vueltos a casar y viven en el adulterio no pueden encontrar la verdadera paz. Todos los que rechazan estar unidos con Su Iglesia o rehúsan recibir Su cuerpo en el Santísimo Sacramento, no pueden encontrar la verdadera paz.
Dios es glorificado pero no todos recibirán Su Paz. Su paz es para los hombres de buena voluntad, para quienes lo aman, pero ¿Quién puede amar a un hombre pobre? Sólo el humilde de corazón, sólo los que cooperan con la gracia de Dios, conocen Su paz y alegría.
Veamos en nuestros corazones y veamos la pobreza de nuestra alma. Veamos nuestra necesidad de Su gracia. Cuando llegamos al conocimiento de nosotros mismos empezamos a crecer en el amor y gracia de Dios.
Cuando vemos nuestra pobreza espiritual, la pobreza física del Niño Dios deja de ser ofensiva. Lo que es naturalmente repulsivo se convierte en algo sobrenaturalmente atractiva.
Los pecadores, que son de buena voluntad, tendrán razón para regocijarse con los ángeles en este día. Todos somos pecadores, pero no todos somos de buena voluntad, nos falta el amor verdadero a Dios y el rechazo a nuestros vicios y pecados.
Descansemos en esta preciosa escena del Niño Dios y reflexionemos en todo lo que ha sufrido y llenemos nuestro corazón de compasión. Entendamos que ha sido por nuestros pecados que El ha sufrido tanto. Ofrezcámosle nuestro amor. Mientras más amor demos veremos todas las maravillas envueltas en esta escena del portal de belén. Y Su misión eventualmente se convertirá en una realidad y completa en nuestras vidas.
De esta manera también nosotros diremos con los ángeles.
GLORIA A DIOS EN LA ALTURAS Y EN LA TIERRA PAZ A LOS HOBRES DE BUENA VOLUNTAD.