Saturday, May 30, 2009

DOMINGO DE PENTECOSTES

31 DE MAYO DE 2009

Queridos Hermanos:

El día de hoy celebramos la venida del Espíritu Santo (Dios de Amor) sobre los apóstoles y la Iglesia.

Se habla mucho de paz y amor pero muy poco existe realmente. El Espíritu Santo vino a los apóstoles porque ellos amaban a Dios. Este amor se manifestó en el amor a Jesucristo, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. El amor a Jesucristo se manifestó al guardar y cumplir Su palabra.

Si ponemos un poquito de atención veremos que existe una cadena de eventos que nos llevan a Dios, por lo que si nos alejamos de esta conexión fallaremos en lograr nuestro objetivo que es la felicidad eterna con Dios en el Cielo.

Debemos empezar creyendo, con Fe verdadera, creer en Jesucristo, que es la Segunda Persona de la santísima Trinidad, que es verdadero Dios y verdadero Hombre.
Esta fe, nos encamina lógicamente a entender y hacer Su palabra. Esta fe nos da fuerza para querer saber qué es lo que Nos enseña, para concluir en el amor. Este amor es medido no tanto por lo que escuchamos de Su palabra sino por lo que hacemos con esta.

Este amor nos une más íntimamente con las Tres Divinas Personas. Dios nos ha amado con el mayor amor posible. Esto ocasiona que todas las almas que se encuentran en el orden establecido por Dios reflejen y trasmitan este amor. No podemos amar en la misma proporción en la que fuimos amados por primera vez, por lo tanto se nos deja amar completamente con todo lo que somos y tenemos.

Ahora que amamos a Jesucristo, el Padre nos ama aún mas enviándonos el Espíritu Paráclito para que habite en nosotros. El amor que tenemos por Dios nos acarrea una inmensidad de gracias de Él y estas gracias fortalecen e incrementan nuestro amor por Dios. Este ciclo continua todo el tiempo hasta que lo rompemos por el pecado. (La separación del amor) porque todo pecado es en esencia la falta de caridad. Pecamos cuando dejamos de amar a Dios, al dejarlo de amar dejamos de escucharlo, por lo tanto dejamos de obedecerlo (hacer Su voluntad).

Pero, ¿qué hace el Paráclito por nosotros? Atrae a nuestra mente todo lo que Jesucristo ha dicho y hecho. Conforme abrimos más nuestra mente y corazón aprendemos más y más sobre la palabra de Jesucristo. Mientras más sabemos de Jesucristo nuestro amor se incrementa y nos unimos en obediencia a Su voluntad.

Quienes no creen en Jesucristo no aman a Dios por lo tanto están condenados. Quienes tal vez si crean pero no obedecen realmente no lo aman por lo tanto corren la misma suerte que los primeros. Por lo tanto podemos decir que la mayoría serán condenados, toda vez que no aman a Dios al no cumplir Su palabra.

Los pagamos están condenados, quienes aman a Dios pero rechazan a Jesucristo también lo están así como los que rechazan Su palabra. Quienes no escuchan a Sus representantes no lo escuchan a Él, ni escuchan al Padre que lo envía, si no lo escuchan no pueden amarlo consecuentemente si no lo aman están condenados. No es suficiente proclamar fe en Jesucristo (la fe sin obras es una fe muerta). Debemos ordenar nuestras vidas a esta fe que nos hace cumplir Su voluntad.

Quienes contradicen Su voluntad como quienes promueven el divorcio, no cumplen Su palabra, no lo aman consecuentemente no tienen el Espíritu Santo en ellos, por lo tanto están perdidos. Quienes asesinan a sus hijos no nacidos por medio del aborto, manifiestan su falta de caridad y desinterés por la palabra de Dios y en sí, por Dios mismo. Quienes rehúsan beber su sangre y comer su cuerpo, rechazan Su palabra, consecuentemente serán condenados. Quienes se revelan y rechazan la obediencia a la autoridad legítima y verdadera no pueden decir que son guiados por el Espíritu Santo.
Vemos a la gran mayoría de cristianos condenados, como la gran cantidad de sectas existentes. El Espíritu Santo sólo habita en la Iglesia Católica. Fuera de la cual no existe la salvación. Sin embargo, ¿cuántos miembros de esta se salvarán? ¿Cuántos pueden realmente decir que aman a Jesucristo y dan testimonio de ello por sus acciones?

¿Dónde nos encontramos ahora? Aunque no seamos no creyentes, o falsos creyentes como muchos miembros de las sectas protestantes, o en la ya popular secta del Novus Ordo, en ningún momento podemos decir que estamos seguros de nuestra salvación.
Un examen de conciencia humilde y sincero nos dará una imagen clara de quien somos y a donde vamos en el cumplimiento de la Palabra de Jesucristo, consecuentemente de nuestro amor, fe y destino final en el Cielo o en el Infierno.

Pidamos ayuda al Espíritu Santo para que nos muestre a Jesucristo e incremente en nosotros la virtud esencial de la caridad y que aumente nuestro amor por el resto de nuestros días y continúe este amor por toda la eternidad.

Así sea.

Sunday, May 24, 2009

DOMINGO DESPUÉS DE LA ASCENSIÓN

24 DE MAYO DE 2009

Queridos hermanos:

“Os echarán de la sinagoga; y vendrá tiempo en que todo que os matare, se persuadirá hacer a Dios un obsequio”.

Todo parece indicar que la Historia se repite nuevamente. Los que poseen la verdadera son una minoría y son expulsados y excomulgados por los no creyentes y herejes. Los verdaderos fieles fueron forzados a refugiarse en las catacumbas, lugares privados o escondidos, por no ser bien vistos en los edificios que en alguna ocasión fuera la casa de Dios. Hoy día vemos lo mismo al tener que oficiar la Santa Misa en lugares privados, hoteles, hogares etc.

Las hermosas iglesias que fueron construidas por nuestros ancestros para ser utilizadas por católicos ahora se encuentran en manos de herejes y todo lo sagrado ha sido expulsado y deshonrado por ceremonias falsamente católicas.

Quienes han mantenido algo de ornamentos y símbolos católicos, han convertido en museos lo que fuera un lugar de oración.

Es repulsivo ver lo que los herejes han hecho con la casa de Dios. Son verdaderamente cueva de ladrones, porque roban a la gente de la gracia de Dios y los medios para obtenerla.

Aunque no se nos ha amenazado públicamente con quitarnos la vida, existe un número considerado de personas que quisieran vernos muertos y estoy seguro que en su mente perversa creen que de esta manera, estarían agradando a Dios.

¿Qué hemos aprendido de la historia de la Iglesia y del evangelio de este día?

No nos escandalicemos por lo que nos dice Nuestro Señor. Si le han hecho eso a El que podemos esperar nosotros, si somos Sus discípulos. Ser odiados por el mundo, ser odiados por la mayoría debe ser una medalla de honor porque el mundo y la mayoría odian a Jesucristo.

No tengamos miedo a la cruz y al sufrimiento. No tengamos temor a la crítica e insinuaciones de los herejes. Aprendamos a amar nuestra cruz y disfrutémosla ya que nos une a Cristo.

El pastor ha sido golpeado y las ovejas se encuentran dispersas. Vemos grupos reducidos o individuos aquí y allá en todas partes del mundo. Los verdaderamente bendecidos tienen la oportunidad de asistir a Misa los domingos, algunos reciben los sacramentos una vez al mes o una vez al año y algunos menos que eso.

Los Apóstoles y la Iglesia primitiva tuvieron que soportar esta cruz como lo tenemos que hacer nosotros ahora. Vemos hoy día que la Iglesia es perseguida y suprimida.

No nos volvamos pusilánimes. Estas persecuciones y sufrimientos son testimonios claros a favor de su origen divino. Unamos nuestra alma a la esposa de Jesucristo y rechacemos al demonio. Unamos nuestra alma más y más a la Iglesia, mientras más sea suprimida y perseguida teniendo como consuelo la promesa y seguridad que Jesucristo nos dice: Las puertas del Infierno no prevalecerán sobre Ella.

La tentación de comprometer la fe o conformarse con esta situación, es grande, “para poder llevárnosla mejora con nuestra familia, amigos y vecinos”. Este es un instrumento muy potente en manos del demonio y de quienes odian a Jesucristo. Debemos resistir esta tentación. Tener en mente que viviremos nuestras vidas sólo para Dios es un instrumento de defensa muy fuerte en contra de los ataques del demonio. No importa lo que piensen o digan a nuestro alrededor, lo único que debe preocuparnos es que es lo que piensa Dios de nosotros y que nos dirá el día de nuestro juicio. Con este pensamiento en mente encontraremos la fuerza para resistir los ataques mortales de quienes dicen “amarnos”. Debemos ser fuertes como los apóstoles y encontrar gran consuelo por ser señalados por nuestra fe.

Debemos eliminar toda pasión desordenada de nuestra vida, ya que estas dejan ciegos a los hombres al grado de guardar los más grandes pecados y vicios como buenos y legales y más aún señalarlos como virtudes. Pongan atención a la predicación del evangelio de los verdaderos sacerdotes de Jesucristo, eviten siempre escuchar a los herejes y modernistas. Vivamos en humildad y piadosamente, para poder seguir a nuestro Señor Jesucristo en el Cielo.

Así sea.

Saturday, May 16, 2009

SAN PASCUAL BAILÓN

17 DE MAYO 2009

Queridos Hermanos:

Su santidad el Papa León XIII elevo a los Altares a san Pascual Bailón como Patrón de los congresos y sociedades Eucarísticas. Este humilde hermano Franciscano nació el 17 de mayo de 1540 y murió el 17 de mayo de 1592.

Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, que hayas escondido esto de los sabios y de los entendidos, y lo hayas revelado a los niños. (San Mateo 11:25)

Como un pobre campesino sin educación, a la edad de siete años, San Pascual no podía atender la Santa Misa todos los días, por lo que colocando una estatua de nuestra Señora de los Cielos en un árbol, para poder orar. Escuchaba atentamente las campanas de la Iglesia Franciscana cerca de ahí para saber cuando empezaría la Misa.

Al no poder dejar sus labores sin atender hacia una asistencia espiritual al santo Sacrificio con la mayor devoción posible en busca de Jesucristo en la Sagrada Eucaristía. En una ocasión nuestro Señor, le recompenso este gran deseo por recibir a Su Señor Eucaristía de una manera milagrosa al manifestársele en una vista amorosa a la altura del cielo donde él se encontraba, elevado por la mano de ángeles. Manifestaciones similares se le presentaron en varias ocasiones en su vida diaria.

A esta tierna edad, ya estaba acostumbrado a la penitencia. Se dice que frecuentemente acudían a él los ángeles para instruirlo en la santa doctrina. Siguió las palabras que Jesucristo nos da el día de hoy: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.”

A la edad de 34 años ingreso a la Orden de Frailes Menores como hermano lego. Era conocido por su obediencia perfecta y su amor por la Sagrada Eucaristía. Todo su tiempo libre lo dedicaba a estar en presencia de nuestro Señor en la Sagrada Eucaristía. “cuando no podía estar físicamente, lo hacía espiritualmente, porque Jesucristo era el tesoro de su corazón y nuestro corazón esta donde ama en lugar de donde se encuentra en ese momento.

Esto es algo que debemos considerar muy puntualmente hoy en nuestros días. “nuestros corazón vive donde ama en lugar de donde se encuentra en ese momento”. Vemos en estas palabras una gran verdad.

Hoy vemos que nos encontramos frecuentemente separados por las grandes distancias y obligaciones de la presencia ante Dios en Su morada. Existe una gran cantidad de falsas Iglesias a nuestro alrededor, incluyendo las del Novus Ordo. Sin embargo la verdadera casa de Dios se encuentra a gran distancia de los fieles seguidores de Cristo N.S. como miembros del cuerpo Místico, jamás estamos tan lejos de El espiritualmente aunque estemos lejos de su presencia Eucarística.

San Pascual nos enseña lo que debemos hacer cuando nos encontramos lejos de lo que debemos hacer. Debemos asistir espiritualmente al Santo Sacrificio de la Misa y debemos hacer comuniones espirituales. De esta manera nuestro corazón no se encuentra cautivo donde nuestro cuerpo se encuentra, sino que por el contrario viven donde encuentran a Jesucristo Eucarístico.

Frecuentemente hemos escuchado que Dios acepta el deseo por el acto. Sin embargo, desconocemos realmente el alcance de esta gran verdad. “Mas yo os digo, que cualquiera que mira a la mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” sería inútil para nosotros decir, “pero si nunca la toque”. Dios juzga más el deseo del corazón que la acciones de nuestro cuerpo. El día del Juicio habrá muchos que serán condenados al Fuego del Infierno por este pecado de su corazón que de los de su cuerpo.

De la misma manera existirán quienes reciban la recompensa eterna por el deseo de su corazón en lugar de las acciones de sus cuerpos

Me atrevería a decir que hay muchos que reciben a Jesucristo en la Sagrada Eucaristía pero que su corazón está muy lejos de Dios. Tales almas reciben muy poco mérito si reciben alguno o tal vez sean más ofensivos a Dios si se mantuvieran alejados. Por otro lado hay quienes no pueden recibirlo físicamente pero que lo hacen de manera espiritual con gran atención, amor y devoción y reciben una gran cantidad de gracias de Dios.

Pidamos la intercesión de San Pascual Bailón en nuestras oraciones diarias para que nos muestre no sólo el verdadero amor que debemos tener por Nuestro Señor en la Sagrada Eucaristía sino también los medios para recibirlo. Mantengamos siempre en mente que: “nuestro corazón permanece donde ama en lugar donde se encuentre en ese momento” y mantengamos siempre presente lo que le permitimos a nuestro corazón amar y donde le permitimos habitar.

Así sea.

Saturday, May 9, 2009

DOMINGO 4to. DESPUÉS DE PASCUA

10 DE MAYO 2009

Queridos Hermanos:

No existe la felicidad absoluta en esta vida. Nuestra vida está llena de eventos felices y tristes. Los apóstoles se regocijaban con la presencia de Nuestro Señor y posteriormente se entristecieron con Su ausencia. Lo mismo sucede en nuestras vidas. La felicidad eterna a que aspiramos nos espera sólo en el Cielo. En este mundo debemos tomar lo bueno y lo malo. Debemos buscar la forma de sacar lo bueno de lo mismo malo para que se convierta en un gran bien en la eternidad.

Dios es bueno y misericordioso de acomodar nuestras vidas de esta manera aquí en la tierra. Si consideramos nuestra naturaleza caída apegada a los bienes materiales de esta vida, nos daremos cuenta que estamos predispuestos a permitir que todo esto usurpe el lugar que le es debido sólo a Dios Nuestro Señor. (Estamos predispuestos a caer en idolatría) de esta manera Dios permite que las cosas a que nos hemos apegado tanto, se desvanezcan de nuestro alcance. Si recibimos sólo bienes materiales nos olvidamos de Dios, nos llenamos de orgullo y vanidad. Atribuimos estos beneficios a nuestro esfuerzo personal robando así a Dios del honor, gloria y acción de gracias que sólo a Él le pertenece.

Por otro lado, si sólo recibiéramos sufrimientos y maldad, nuestra naturaleza débil nos llevaría a la desesperación. Nos inclinaríamos a pensar que Dios nos ha abandonado, o que no se preocupa de nosotros o que no nos ama. En el peor de los casos terminaríamos negando Su misma existencia.

En esta vida recibimos tanto bienes temporales como males pasajeros para mantenernos en la virtud. Esto nos ayuda a que no caigamos en algún tipo de pecado. Dios conoce nuestra fuerza y debilidad. Mide lo que necesitamos de bienes materiales y el mal que podemos soportar. Frecuentemente pensamos que no merecemos el mal que nos aqueja, incluso el bien que recibimos, esto nos hace de cierta manera negar a Dios. Lo que decimos con este comportamiento es que Dios no sabe lo que hace. Cuando Dios sabe bien lo que es mejor para nuestra salvación.

Si sufrimos más que alguna otra persona no es porque Dios sea injusto con nosotros. Por el contrario Dios es mucho más justo con nosotros porque somos nosotros los que necesitamos de estas cruces mucho más que nuestro prójimo. La cruz que Dios ha diseñado para nosotros es única y exclusiva, es la medicina perfecta no sólo para darnos salud sino para mantenerla permanentemente en nosotros. Esta cruz es del peso y tamaño adecuado, es buena para nosotros y para nadie más. Así como las cruces de los demás no nos servirán de nada. De esta manera, es realmente infantil envidiar y ponernos celosos por lo que Dios ha dado a los demás.

Sólo Dios es bueno. Todo lo bueno que se nos ha dado en esta vida es para recordarnos del Verdadero Bien. (Dios). Todos los bienes materiales les falta lo que siempre buscamos, eternidad. Todos son temporales, por lo tanto pasajeros. Deben ser utilizados como medio para lograr el fin, son defectuosos porque no son eternos, son corruptibles y perecederos y se pueden convertir en una amenaza para nosotros si servilmente las usamos.

Así como recibimos beneficios y sufrimientos en ciertos momentos, así es como los vemos, en nuestras vidas.

Todo lo que Dios ha hecho es bueno. Y ha hecho todo lo que existe. De esta manera sólo podemos ver Su bondad alrededor nuestro. Existen almas que con esta actitud positiva son motivadas por el amor de Dios. Son felices y contentas con lo que reciben.

Por otra parte, existe el otro extremo, quienes sólo ven el mal en todo su mundo. Vemos que todas las cosas son vanas, “vanidad de vanidades y todo es vanidad”, son vacías y engañosas al aparentar que hemos encontrado la paz y felicidad que tanto anhelamos. Con un poco de cuidado nos daremos cuenta que estas cosas no son malas en sí mismas, sino el uso o percepción que tenemos de estas que hacen que las veamos como un mal.

Ejemplo de esto es la sexualidad humana que nos es dada por Dios. Hizo al hombre y a la mujer. Hizo el deseo natural, reproducción y unión. Esto es un bien, no un mal. Su uso máximo consiste en la procreación de los hijos en el matrimonio, por amor a Dios. Sin embargo, este gran bien, se convierte en un mal terrible cuando es abuzado y usado en la fornicación y el adulterio. Llevando o convirtiéndose en idolatría.

Quienes sólo buscan el aspecto placentero de este bien, excluyendo las responsabilidades que este acarrea, hacen a Dios a un lado, llegando así a la idolatría.

Todo lo que Dios ha hecho y continúa haciendo es Bueno. Dios da y quita según le place y siempre lo hace por nuestra felicidad eterna. Aprendamos a darle gracias por todo lo que hace con nosotros tanto en las bendiciones como en los sufrimientos, teniendo en mente siempre presente que todo sucede para nuestro beneficio y de nuestra alma en ese momento.

Así sea.

Saturday, May 2, 2009

DIA DE LA SANTA CRUZ

3 DE MAYO DE 2009

Queridos Hermanos:

Este domingo celebramos, el día en que Santa Elena, madre de Constantino, encontró la verdadera Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, en el año de 326.

El introito de la Misa de Hoy señala el tono apropiado para nosotros, esta tomado del libro de los Gálatas 6,14: “Nosotros debemos gloriarnos en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, en quien esta nuestra salud, vida y resurrección, y por el cual somos salvos y libres”
La epístola de este día nos habla de Jesucristo humillándose a sí mismo en obediencia hasta la muerte en la cruz. En el Evangelio nuestro Señor compara Su crucifixión a la serpiente que Moisés levantó en el desierto y que causó que todo aquel que la viera sanara. De la misma manera todo aquel que mira a la cruz de Jesucristo y creen en El no morirá, sino que tendrá vida eterna.

La cruz que era un instrumento de tortura, ignominia y vergüenza se ha convertido ahora, en un símbolo de victoria, honor y gloria.

La crucifixión fue diseñada para causar la muerte de una manera dolorosa y vergonzosa que cualquier persona pudiera imaginar. Esta es la muerte que Nuestro Señor escogió soportar por nuestra salvación. Sacrificó su cuerpo inocente por los tormentos que nosotros debemos sufrir.

En esta total humillación y degradación de Si mismo, ganó para nosotros el perdón de nuestros pecados, nos abrió las puertas del Cielo, e hizo posible que fuéramos recibidos como verdaderos hijos de Dios.

Nuestro orgullo tontamente disfrazado nos hace buscar la gloria de las cosas mundanas: placer, poder y riquezas. Aunque nuestro intelecto nos señale claramente que estas cosas son vacías y vanidosas y que nunca nos darán paz ni felicidad. Son realmente una vergüenza en la que nos gloriamos como verdaderos tontos.

Sin embargo, lo que parece vergonzoso ante los ojos del mundo (humildad, sufrimiento, cruz y muerte) es lo que nos da la paz ante los ojos de Dios y amerita la gloria y felicidad eterna en el Cielo.

Nuestra fuerza y felicidad descansa en nuestra propia debilidad, cuando sabemos y vemos lo que debemos hacer y no lo hacemos nos encontramos con nuestra debilidad. En la aceptación humilde y conocimiento de esta debilidad nos damos cuenta de lo que somos y no, capaces de hacer. Por lo tanto buscamos ayuda si es que queremos tener existo en lo que hacemos. Y si cooperamos con la gracia de Dios, sabremos que sólo Él puede ayudarnos, porque el resto del mundo se encuentra en la misma situación en la que estamos nosotros.

Es por lo tanto, por nuestras debilidades que acudimos a nuestro señor y son estas las causas de nuestra gloria. Y lo que pensamos que es nuestra fortaleza es realmente nuestra debilidad. Lo que creemos es nuestra fortaleza nos hace confiar en nosotros mismos y llenarnos de vanidad y orgullo causando con esto nuestra derrota. Mientras más confiemos en Dios, más seguros estaremos.

Por lo tanto cuando se nos manden cruces para imitar a nuestro Señor Jesucristo no debemos rechazarlas, sino que debemos abrazarlas con verdadero amor, porque estos son los instrumentos que nos unirán más a Jesucristo. Estas nos harán humildes y conducirán en pensamiento y oración a Él que es el único que puede salvarnos. En Jesucristo debemos regocijarnos y gloriarnos.

Conociendo nuestra propia debilidad y la fortaleza que se nos da a través de aceptar nuestras cruces nos llevan al punto de amar verdaderamente estas. Así como la cruz de Jesucristo nos trajo libertad del pecado, muerte y nos dio la vida eterna, de la misma manera nuestras propias cruces nos dan un panorama claro y verdadero (humilde) de nuestras debilidades y nos lleva a confiar sólo en Jesucristo, trayéndonos alegría. De esta manera podemos alegrarnos verdaderamente en nuestra debilidad porque de esta manera encontramos la fuerza en Jesucristo.

La docilidad y humildad de Cristo fueron los instrumentos que Él usó para vencer al pecado y la muerte. La debilidad ante los ojos del mundo es una verdadera fuerza en las manos de Dios. Aprendamos de Cristo y Su cruz. No tengamos miedo recibirlas, más bien amémoslas y veamos en estas una verdadera causa de nuestra alegría.

Así sea.