EMBAJADORES SUTILES DE SOFISMAS
O TEOLOGIA “YO-YO –ISTA”
EMBAJADORES SUTILES DE SOFISMAS
O TEOLOGIA “YO-YO –ISTA”
Han pasado ya, veinticinco años desde mi consagración episcopal. Durante este tiempo, he experimentado muchas manifestaciones inesperadas de ambiciones clericales de diferente nivel disfrazadas de catolicismo, sin ser otra cosa más que la codicia y egocentrismo de la especulación prostituida del sacerdocio.
Al frente de este patético grupo, marchando como un clérigo “independiente” se encuentra M.E. Morrison, compilador de lo que de manera arrogante llama “El directorio católico oficial de las Misas Tridentinas y libro de recursos de esta naturaleza”.
Se pierde uno, al tratar de determinar, exactamente, que es lo que hace su colección de herejes y cismáticos, ofreciendo Misas sacrílegas o invalidas, algún tipo de “Directorio Oficial Católico”. ¿Quién, en autoridad, le ha comisionado para presentar esta colección arbitraria de nombre como algo “oficial”?
Los Frailes Franciscanos han sido listados en este “directorio” en contra de su voluntad. Aún el intento, de la manera más cortes, por eliminar su nombre se enfrentaron a la arrogancia típica. El pretexto para remover a los Franciscanos de este “directorio” fue el decir que esa era una “información del interés público”
Aprovechamos esta oportunidad para repudiar esta declaración engañosa de listar a los católicos Romanos y sus asociaciones con herejes y cismáticos. Nosotros Franciscanos, ofrecemos la Misa Tridentina, pero no tenemos ninguna asociación con ningún hereje o cismático, enlistado en el engañoso directorio de Morrison.
Para Morrison pretender ser algún tipo de clérigo de reputación aceptable dentro de la Iglesia Católica es mortificante y típicamente engañoso del tipo de clérigos por el mismo estilo de lo que él representa.
Y, sinceramente, es aquí donde trazamos la línea como lo hizo Moisés para separar a los creyentes ortodoxos de los cismáticos.
La cuestión aquí es prevenir aquellas almas que se consideran a sí mismas católicas evitar involucrarse con clérigos –validos o putativos – sólo por ser percibidos de ofrecer la verdadera Misa. Tener en mente que no es sólo la Misa lo que cuenta, es la totalidad de la Iglesia que es lo esencial: Su doctrina, Su disciplina y Sus leyes. Nadie puede dispensarse las obligaciones que conlleva ser católico completo.
Muy distinto a quienes serán descritos, aunque de manera breve, en este artículo, católicos genuinos son leales y obedientes a la autoridad visible en la Iglesia designados por el Espíritu Santo.
En primer lugar y antes que todo, por lo tanto, es necesario repudiar a todos los que han hecho reclamos públicos de que no hay autoridad visible en la Iglesia. Esto es realizado en ocasiones directa o indirectamente. El resultado es el mismo: EL cisma y su consecuente separación de la autoridad visible del Cuerpo Místico de Jesucristo.
Liderando a la manada de lobos cubiertos con piel de ovejas se encuentran quienes han desparramado la absurda idea del Papa que no es Papa. Este sin sentido se origino con el ya fallecido Obispos Guerard des Lauriers, O.P. Quien fuera consagrado por Msgr. Ngo Dinh Thuc. Se debe hacer notar que después de esta consagración Msgr. Des Lauriers ya no tuvo ningún contacto con Msgr. Ngo. Citando fuentes fidedignas, se dice que Msgr. Ngo, se refería a Msgr. Des Lauriers como alguien a quien “le faltaba un tornillo”. Se ha de haber referido a la idea absurda de Des Lauriers de que puede “haber un Papa material más no Papa Formal”. Es obvio que Des Lauriers conocía muy poco de metafísica y que por lo tanto usaba terminología sin considerar el significado de las palabras.
Todo parece indicar que Des Lauriers imaginaba cosas y buscaba palabras en las Sagradas Escrituras para sirvieran a estas. Pero ¿No es esto lo que todo protestante hace?. Existen quienes su religión consiste en maniobrar serpientes venenosas. Para justifica esta religión, sus adeptos citan las Sagradas Escrituras donde dice que quienes crean en el Señor serán capaces de levantar serpientes venenosas y que estas no podrán lastimarlos. Me supongo que quienes han sido mordidos por estas podrán ser considerados como hombres de poca fe…
Existen quienes pretendieron obediencia a un verdadero Obispo, sólo para retractarse de esta obediencia cuando sus deseos personales no fueron favorecidos. De tales individuos debemos recordar la sabiduría que se encuentra en el Libro del Eclesiástico:
Hay una sabiduría que es execrable, y hay necios que ni siquiera saben hacer el mal, mejor es con poca inteligencia temer a Dios, que con mucha traspasar la ley. Hay una sutileza verdadera, pero que traspasa la justicia. Y que pervierte el derecho para mostrar el ingenio. Hay quien va encorvado y enlutado, pero en su interior está lleno de engaño.
Lleva la cabeza baja y se hace el sordo, pero cuando menos lo piensas se te echa encima. Y aunque no tenga fuerzas para ello, en cuanto tenga ocasión te hará el mal. (19:20-24)
Santo Domingo, fundador de la Orden de Predicadores, tiene esto que decir: “Los herejes deben ser convertidos por medio del ejemplo de humildad y otras virtudes más rápidamente que por cualquier manifestación o batalla de palabras. Así que armémonos con oraciones devotas y juego de manifestaciones genuinas de humildad y vallamos descalzos a combatir a Goliat”. (St. Dominic 1170-1221 AD on Apologetics).
Este tipo particular de individuos,, presentándose a si mismo como “portavoz” (de quien, es difícil descifrar) dio la bienvenida a una reunión en Monroe CT. A un reducido grupo de clérigos. Reverendos Vida Elmer, Blanco, McKenna, y el expulsado del sacerdocio, el señor Tomás Fouhy, a quien McKenna se refiere como “Padre Fouhy”.
McKenna admite que fue este “padre Fouhy” que acelero este “segundo intento de nuestro movimiento organizado” – movimiento del cual McKenna es el aparentemente auto nombrado líder. No ve ningún problema con ser sometido a un grupo de laicos, que tiene todas las características del ya condenado fideicomiso.
Ahora bien, al tiempo de aquella reunión al que McKenna altisonantemente se refería como “mini conclave”, del cual era el cabeza, no tuvo ningún problema al promover la valides de las consagraciones realizadas por Msgr. Ngo en Francia, después de haber señalado que sacerdotes como él no necesitaban a ningún obispo porque estos son tiempos “extraordinarios”, procedió a formar el caso de sus esperanzas para su consagración, velado de alguna manera.
Después de un gran parloteo piadoso (el documento completo lo tenemos en nuestras manos) McKenna se aproxima al verdadero motivo: dice: “Nosotros todos, sacerdotes de nuestra propia parte, debo pensarlo, nos sentiremos más a gusto y mas en casa trabajando nuevamente bajo la dirección de una autoridad superior. Es verdad que tal obispo, ordenado de manera extra canónica, seria por ese hecho no tener jurisdicción propia como tal, me refiero a la jurisdicción que acompaña la designación canónica, sin embargo, como ordenado sucesor de los apóstoles (como lo fueron los primeros obispos de la Iglesia) tiene la completa y total cooperación de cualquier sacerdote que se ponga a sus órdenes”.
Continua señalando además: “Estoy cierto humanamente hablando, hermanos, que a menos que haya un obispo que guie la causa de la Iglesia tradicional aquí en los Estados Unidos, existe aún esperanza para su crecimiento”. También señala: “Yo propondría, si la mayoría de ustedes están de acuerdo con mi razonamiento, que antes de disolver la noche de mañana, nominemos por votos a alguien de los aquí presentes para proponérselo a su excelencia Ngo Dinh Thuc en Múnich ser ordenado obispo para el vestigio Americano.
Favor de notar que el señor Fouhy estaba en este “mini conclave” de tres sacerdotes representando al obispo Musey, quien recientemente había sido consagrado. Y el mismo obispo se encontraba presente en la referida reunión. Que audacia tan absurda, diría yo, decir que aunque ya había un obispo para el vestigio Americano. McKenna está ignorando este hecho.
Más aún, fue el obispo Musey quien ofreció consagrar (no ordenar) cualquiera de los sacerdotes presentes en esa reunión, que ellos designaran. Según el obispo Musey, estos sacerdotes le pidieron salir de la habitación, para que pudieran debatir si lo aceptarían o no como a su Obispo!. Después de haber debatido, pe pidieron al obispo Musey volviera a entrar a la habitación y lo “aceptaron” Tras lo cual!, como lo mencionamos, él les ofreció consagrar a uno de los sacerdotes de su elección como obispo para la región del este de los Estados Unidos.
Noten la mentalidad protestante de McKenna cuando “presume de la paciente caridad” de los ahí presentes: “En lo personal recomendaría como nuestra nominación para ser obispo al Padre Vida Elmer de Albany, Nueva York. El Padre Vida no es un sacerdote de la ORCM, al tener su propia capilla separadamente incorporada, aunque se ha distinguido y mostrado la profundidad de tanto su piedad como su conocimiento, en sus escritos y predicaciones, como se puede ver en sus escritos publicados en nuestra publicación. Tiene además una ventaja sobre una edad que creo es justamente adecuada, ¡ni muy avanzada para mucha esperanza, ni tan joven para asustar a alguien ¡”
Estas son verdaderamente palabras extrañas, ¿Por qué, un obispo joven, sería ocasión de temor para alguien? Sin embargo, examinemos el escenario completo, un poco más de cerca. McKenna sugiere que el Arzobispo Ngo en Múnich sea quien consagre al americano. Son ignorados los dos obispos en México; ignorado es también el Obispo Musey que se encontraba ahí presente.
Observemos por cuánto tiempo duro el entusiasmo apilado sobre la persona de Vida Elmer por McKenna. Sin tomar en cuenta el hecho de que McKenna ha “supuesto” sobre la caridad paciente de los sacerdotes presentes, y sin tomar en cuenta el hecho de que todos los demás votaron por Vida Elmer (cuanto votos puedes generar tres sacerdotes), sin embargo, ¡cada uno de ellos que votaron por Vida Elmer contactaron al obispo Musey y se retractaron de su voto¡ Esto me lo dijo a mí el obispo Musey.
Aparentemente no hubo ningún problema con McKenna saber que Vida Elmer poseía propiedades de la Iglesia en nombre de un laico- no como la sociedad de san Juan Birch (John Birch Society)en la que los laicos poseían propiedades donde McKenna era el sacerdote por ellos contratado.
Respecto a sus “escritos y predicaciones” Vida Elmer no eran del todo católicos. De hecho, después de no haber logrado que lo consagraran en Monroe CT. Él y McKenna trataron de contactarnos para que nosotros los consagráramos en Baton Rouge, LA. Cuando esto no sucedió Vida Elmer, dio rienda suelta a su odio contra nosotros, anunciando que sólo nos aceptaría como obispos si pudiéramos mostrar un mandato Papal o un milagro de primera clase.
En la reunión de Baton Rouge LA, el obispo Musey públicamente anunció a los clérigos asistentes (número muy reducido) que aún el mismo McKenna que había votado por Vida Elmer se habían retractado. Por lo tanto, el obispo declara que, aunque estaba dispuesto a consagrar a Vida Elmer, le pidió que le enviara su Curriculum Vitae (expediente de sus experiencias académicas y pastorales), Vida Elmer, no lo hizo así. Por el contrario, se dirigió a la gente de Europa, al fallar también en este intento. Contactó a la gente de México, esto también no funcionó. Jamás presentó los documentos al obispo Musey.
En Baton Rouge, McKenna y Vida Elmer presentaron a nosotros, obispos, una petición amenazante de que consagráramos “dos o tres” de los sacerdotes presentes en la reunión. Lo que aseguraría la consagración de estos, al no haber nadie más, presente en la reunión. Al fallar en esto, McKenna estaba tratando de protegerse a si mismo al sugerir posteriormente que no se hiciera ninguna jurisdicción territorial. “… hasta que se completara el número de obispos adicionales sea completado” Notar que yo fui elegido y consagrado por los tres obispos, muy a pesar del disgusto de McKenna. Este malestar e hipocresía de parte de McKenna fue expresado en varias cartas insultantes que no fueron contestadas por no merecerlo así.
McKenna no fue aceptado como sacerdote bien recomendado por dos razones. En primer lugar, porque animó a la gente a rechazar a su obispo y claramente les dijo que él sería quien decidiría si deberían obedecer o no al obispo. Por su puesto que su decisión era obvia: No necesitaban obedecer al obispo, al que necesitan obedecer es a él.
No mencionaré las cartas que escribió a ciertas personas con el propósito de socavar la unidad de los obispos. Esto lo soporte en silencio. La razón más grave para rechazarlo fue que violo el secreto de confesión, causando con este gran daño domestico entre esposo y esposa.
Ahora bien, surge la interrogante sobre la validez de la consagración episcopal de McKenna y de todos los que derivan de él. Públicamente lo ha declarado por escrito que, la condición para su consagración, sería que estuvieran presentes tres obispos en esta. Esta es la condición, si no se cumple esta, la consagración es invalida. La condición no se realizó. Por lo tanto la consagración de McKenna es inválida. Fue “consagrado” en Francia por Msgr. Guerard des Lauriers. Como se realizó esto, no lo sabemos. Sabemos que estaba tratando que nosotros lo consagráramos en Baton Rouge usando sólo la esencial materia y forma.
Sabemos también, que McKenna ha “consagrado” hombres extraños cuya ordenación sacerdotal jamás ha sido claramente establecida. Consagró a un hombre de nombre, Slupski, quien había sido previamente consagrado por un obispo hereje. Slupski hoy en día, oficia misa al grupo de Feenyite de Rockford, Illinois.
Su punto de vista teológico erróneo en relación a la intención necesaria para la validez de un sacramento le permite alabar a la secta Lefebvrista.
Es por la protección de los fieles no informados que pueden ser engañados por clérigos charlatanes que se hizo una declaración pública en relación a cualquier consagración posterior al 24 de agosto de 1982. Se hizo público que cualquier persona ordenada o consagrada después de esa fecha en la que yo no tengo voz no será considerada Católica.
Los puntos de vista de McKenna han cambiado como las caras de la luna. Razón por la cual sus puntos de vista teológicos han sido bautizados “yo-yo ismos” hacia arriba y hacia abajo, dependiendo de su particular necesidad del momento. La Iglesia católica no está construida en incoherencias.
TRADUCCIÓN DEL ARTÍCULO “THE BISHOP SPEAKS” DE LA EDICIÓN OCTUBRE DE 2007 DE LA REVISTA THE SERAPH.