Saturday, May 15, 2010

DOMINGO DESPUÉS DE LA ASCENSIÓN

16 DE MAYO DE 2010

Queridos Hermanos:

El día de hoy, Nuestro Señor advierte a Sus apóstoles de los males que caerían sobre ellos por haber decidido seguirlo. Nuestro Señor da esta advertencia como El mismo nos la dice a nosotros para que no sean estos, ni nosotros, escandalizados en El. Y al mismo tiempo, al saber, que es lo que habría de suceder fortalecer su fe y valor en Jesucristo cuando esto suceda. Serían capaces de decir “esto es lo que Cristo dijo habría de pasarnos” y evitar ser escandalizados del mal que caerá sobre estos y todos los que decidan seguirlo, evitando ser tentados a la desesperación o sentirse sin esperanza alguna.

De la misma manera nosotros, no debemos ser escandalizados por Cristo cuando vemos atacada por todos los flancos a Su Iglesia, aún por los mismos falsamente llamados hermanos. Cristo ha ya predicho que esto había de suceder. Muchos se escandalizan y se alejan de la verdadera Iglesia debido a las persecuciones o al número tan reducido de files verdaderos. Frecuentemente escuchamos decir que no podemos estar en la verdadera fe por ser un número tan reducido. La tentación es alejarnos de la correcta razón y fe verdadera para seguir a las multitudes, para formar parte de la masa fanática, ser escandalizados en la doctrina y prácticas de la Iglesia, para luego entonces ser escandalizados en Jesucristo.

Exigir una fe completa y sin compromisos, es todo lo que nuestra Santa Madre la Iglesia enseña y ha constante y consistentemente enseñado desde el principio de esta, lo cual en la mayoría de las veces es motivo de escándalo para el mundo que busca la confirmación y consuelo de las multitudes, de las masas irracionales e incrédulas.

Caminar con Jesucristo significa muchas veces, caminar sólo en este mundo, alejado del resto de los hombres. Esto es ocasión de temor hasta que aprendemos a separarnos del mundo y buscar con todo nuestro ser, sólo a Dios. Una vez que nos negamos a nosotros mismos para entregar nuestro corazón, mente y alma completamente a Dios, encontraremos gran gozo y alegría al cargar nuestra cruz. Para luego dejar de ser escandalizados en Cristo y Su Iglesia.

Los paganos, judíos, musulmanes, protestantes, Novus Ordo, tradicionalistas etc. dirigen todos sus ataques en contra del Cuerpo Místico de Jesucristo, la Iglesia Católica y buscan con y por todos los medios a su alcance escandalizar y llevar al error a todos y cada uno de los que no han abandonado todavía la Iglesia, consecuentemente a Jesucristo.

Existen constantes ataques por todos lados. Los que no son escandalizados por el reducido número de fieles, son tentados por la sencillez de los lugares donde la Iglesia es forzada a ofrecer el Santo Sacrificio. Quienes no son tentados por tal superficialidad son de alguna manera tentados por la “ciencia” o “razón”.

Hacen aparecer a la Iglesia como anticuada en Su doctrina, práctica o culto. Quieren hacernos creer que la Iglesia está en contra de la mujer o en contra de la libertad etc. Sugieren sutilmente que la Iglesia no puede ser correcta porque niega igualdad de oportunidades para el estado clerical a las mujeres, casados, sodomitas etc. o sugieren que Sus reglas son muy rígidas o, exigentes. Debería hacer lugar para los modernos “avances” sexuales sobre la concepción, prevención, libertad de fornicar, adulterio, familias desunidas, asesinato, aborto, y aún más la muerte de los ancianos, discapacitados y quienes tengan malformaciones.

Los pecados y crímenes específicos de los individuos que mantienen una aparente representación de la Iglesia (aún después de haber dejado de creer y seguir todo lo que la esta Iglesia enseña y que consecuentemente ya no pueden representar) son lanzados sobre la cara de los verdaderos seguidores de Cristo para escandalizarlos y alejarlos de Él y Su esposa la Iglesia.

Es verdad, ha llegado el tiempo en que la Palabra de Dios ya no es bienvenida en los edificios que fueron una vez dedicados y consagrados como Casa de Dios. Ha llegado ya el tiempo, cuando los verdaderos seguidores de Cristo son perseguidos por quienes claman que están haciendo la voluntad de Dios.

Parece ser verdad que, debido al reducido número de verdaderos seguidores, existen muchos anticristos que ponen muy poca o ninguna atención a La Iglesia y Sus miembros; mientras que al mismo tiempo, es verdad que, debido al reducido número, somos incesantemente atacados por todos lados. Somos un número muy reducido de los restos de la barca de la Iglesia, flotando en las aguas peligrosas del mar de la maldad. Este mar enfurecido y en las manos del demonio que nos asecha, busca constantemente destruir los restos de la Iglesia de Jesucristo.

No seamos escandalizados y tomemos valor que todo esto pasará, mas Jesucristo y Su verdadero reino permanecerán.

Así sea.