Saturday, May 22, 2010

DOMINGO DE PENTECOSTES

23 DE MAYO DE 2010

Queridos Hermanos:

“El Espíritu Santo, Consolador, que mi Padre enviará en mi nombre, os enseñará todo y os sugerirá cuantas cosas os tengo dichas”

El Espíritu Santo es quien enseña a la Iglesia. Esta ha sido comisionada por El Espíritu Santo, luego entonces lo que esta enseña no es la palabra del hombre sino de Dios.

“Id, por lo tanto, enseñar a todas las naciones, bautizarlas… enseñarles a observar todo lo que Yo les he ordenado”

La Iglesia está compuesta por hombres propensos a caer en el error. El Papa, los obispos y los sacerdotes como tales no son infalibles. Si la Iglesia fuera una institución meramente humana ya se hubiera colapsado hace mucho tiempo, como ha sucedido con tantas instituciones a través de toda la Historia de la Iglesia que data más de dos mil años de existencia.

La Iglesia no es de origen humano. Es de origen Divino y es el Espíritu Santo que actúa por medio de los hombres en la Iglesia para protegerlos y protegernos de los errores a los que podemos caer a consecuencia de nuestra naturaleza caída por el pecado.

“El Espíritu Santo que Mi Padre enviará en Mi nombre, os enseñara todas las cosas y traerá todo a vuestra mente todo lo que os he dicho”.

Por lo tanto, lo que enseña la Iglesia no es doctrina del hombre, es la palabra de Dios. El Espíritu Santo nos enseña a través de la Iglesia y es por medio de esta que nos da a conocer todo lo que es necesario para creer y hacer, para nuestra salvación. Por lo tanto debemos creer todo lo que la Iglesia enseña, por ser Dios el maestro y no el hombre.

Todo el poder que el Papa y los Obispos poseen viene del Espíritu Santo.

“Mirad por vosotros y por todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo os ha constituido obispos para apacentar la Iglesia de Dios” (Hechos de los apóstoles 20:28) –

Es el Espíritu Santo que ha escogido y comisionado a los obispos- como dirigentes y las naciones gobernadas por sus oficiales, de esta manera el Espíritu Santo gobierna la Iglesia a través de sus pastores como Sus instrumentos, la defiende de todos sus enemigos, para que las puertas del Infierno no prevalezcan sobre ella.

Mientras que el Espíritu Santo puede obrar directamente y frecuentemente lo hace, con los individuos, no les ofrece la misma protección contra el error que si da, a quienes ha comisionado para gobernar en la Iglesia. Debemos tener bien claro que la Iglesia no es una democracia o un establecimiento cualquiera.

La veracidad y santidad de la Iglesia no depende el número de “votos” que pueda acumular. Lo que la Iglesia enseña en nombre del Espíritu Santo es la misma verdad: Ayer, hoy y por siempre. La verdad no cambia como lo hace frecuentemente “la voluntad” de las personas.

¿Qué debemos lógicamente y con toda razón concluir, cuando un hombre que se presenta a sí mismo como Papa, declara en el foro de las Naciones Unidas, que es esta, la ONU, el último recurso de paz y armonía para la humanidad? (declaración de Paulo VI en la ONU el 4 de octubre de 1965) ¿Puede ser esta la voz del Espíritu Santo?

¿Puede Dios decir, que nuestra única esperanza está en una institución humana y no en Su Divina Institución?

¿Qué cosa podemos pensar cuando en una intervención, Juan Pablo II, el 29 de mayo de 1982, como “Papa” (El Vicario de Jesucristo) abraza al Dr. Robert Runcie (Líder Anglicano) y declara “somos Iglesias hermanas? Anglicanos y protestantes con órdenes inválidas. Se separaron de la Iglesia Católica en tiempo de Enrique VIII. Estos son y continúan inspirados por los demonios, maestros de todas las herejías. No pueden tener el mismo Padre que tiene la Iglesia, ni pueden ser Iglesias hermanas.

Estos y otros muchos incidentes más, deben ocasionar temor en los corazones de los fieles católicos sensatos. ¿Puede la Iglesia cometer errores en cuestiones de Fe, Moral y Doctrina? ¿Puede el Espíritu Santo cambiar de opinión?

Definitivamente existe un conflicto que debe ser resuelto.

Todo parece indicar que estos hombres a que hacemos referencia no han sido guiados por el Espíritu Santo luego entonces no son quienes pretender o claman ser. Es decir que son cabeza de la institución humana (Novus Ordo) y NO de la Iglesia establecida por Cristo que es protegida y alimentada por el Espíritu Santo. La Santa Sede quedó vacante después de la muerte del Papa Pío XII.

Pero como sabemos, la Iglesia no puede morir, su misión de gobernar, santificar y educar vive en nuestros días en los obispos que han sido correctamente llamados, guiados y protegidos por el Espíritu Santo. Decir que la Iglesia Católica esta falta de poder de gobernar, enseñar y santificar es negar al Espíritu Santo y Su promesa de permanecer con esta hasta la consumación de los siglos.

PAZ Y BIEN