Sunday, May 24, 2009

DOMINGO DESPUÉS DE LA ASCENSIÓN

24 DE MAYO DE 2009

Queridos hermanos:

“Os echarán de la sinagoga; y vendrá tiempo en que todo que os matare, se persuadirá hacer a Dios un obsequio”.

Todo parece indicar que la Historia se repite nuevamente. Los que poseen la verdadera son una minoría y son expulsados y excomulgados por los no creyentes y herejes. Los verdaderos fieles fueron forzados a refugiarse en las catacumbas, lugares privados o escondidos, por no ser bien vistos en los edificios que en alguna ocasión fuera la casa de Dios. Hoy día vemos lo mismo al tener que oficiar la Santa Misa en lugares privados, hoteles, hogares etc.

Las hermosas iglesias que fueron construidas por nuestros ancestros para ser utilizadas por católicos ahora se encuentran en manos de herejes y todo lo sagrado ha sido expulsado y deshonrado por ceremonias falsamente católicas.

Quienes han mantenido algo de ornamentos y símbolos católicos, han convertido en museos lo que fuera un lugar de oración.

Es repulsivo ver lo que los herejes han hecho con la casa de Dios. Son verdaderamente cueva de ladrones, porque roban a la gente de la gracia de Dios y los medios para obtenerla.

Aunque no se nos ha amenazado públicamente con quitarnos la vida, existe un número considerado de personas que quisieran vernos muertos y estoy seguro que en su mente perversa creen que de esta manera, estarían agradando a Dios.

¿Qué hemos aprendido de la historia de la Iglesia y del evangelio de este día?

No nos escandalicemos por lo que nos dice Nuestro Señor. Si le han hecho eso a El que podemos esperar nosotros, si somos Sus discípulos. Ser odiados por el mundo, ser odiados por la mayoría debe ser una medalla de honor porque el mundo y la mayoría odian a Jesucristo.

No tengamos miedo a la cruz y al sufrimiento. No tengamos temor a la crítica e insinuaciones de los herejes. Aprendamos a amar nuestra cruz y disfrutémosla ya que nos une a Cristo.

El pastor ha sido golpeado y las ovejas se encuentran dispersas. Vemos grupos reducidos o individuos aquí y allá en todas partes del mundo. Los verdaderamente bendecidos tienen la oportunidad de asistir a Misa los domingos, algunos reciben los sacramentos una vez al mes o una vez al año y algunos menos que eso.

Los Apóstoles y la Iglesia primitiva tuvieron que soportar esta cruz como lo tenemos que hacer nosotros ahora. Vemos hoy día que la Iglesia es perseguida y suprimida.

No nos volvamos pusilánimes. Estas persecuciones y sufrimientos son testimonios claros a favor de su origen divino. Unamos nuestra alma a la esposa de Jesucristo y rechacemos al demonio. Unamos nuestra alma más y más a la Iglesia, mientras más sea suprimida y perseguida teniendo como consuelo la promesa y seguridad que Jesucristo nos dice: Las puertas del Infierno no prevalecerán sobre Ella.

La tentación de comprometer la fe o conformarse con esta situación, es grande, “para poder llevárnosla mejora con nuestra familia, amigos y vecinos”. Este es un instrumento muy potente en manos del demonio y de quienes odian a Jesucristo. Debemos resistir esta tentación. Tener en mente que viviremos nuestras vidas sólo para Dios es un instrumento de defensa muy fuerte en contra de los ataques del demonio. No importa lo que piensen o digan a nuestro alrededor, lo único que debe preocuparnos es que es lo que piensa Dios de nosotros y que nos dirá el día de nuestro juicio. Con este pensamiento en mente encontraremos la fuerza para resistir los ataques mortales de quienes dicen “amarnos”. Debemos ser fuertes como los apóstoles y encontrar gran consuelo por ser señalados por nuestra fe.

Debemos eliminar toda pasión desordenada de nuestra vida, ya que estas dejan ciegos a los hombres al grado de guardar los más grandes pecados y vicios como buenos y legales y más aún señalarlos como virtudes. Pongan atención a la predicación del evangelio de los verdaderos sacerdotes de Jesucristo, eviten siempre escuchar a los herejes y modernistas. Vivamos en humildad y piadosamente, para poder seguir a nuestro Señor Jesucristo en el Cielo.

Así sea.