24 de agosto de 2008
Queridos Hermanos:
El evangelio de hoy nos muestra la elección de los doce apóstoles, de parte de Nuestro Señor Jesucristo. Es muy importante notar que antes del llamado de los doce, “Se retiró Jesús a orar en un monte y pasó la noche haciendo oración a Dios”.
Jesucristo se nos manifiesta siempre en oración antes de realizar cualquier actividad importante, antes de empezar su vida pública, antes de la elección de los doce, antes de su Crucifixión, etc. Debemos entender que estas ocasiones no son los únicos momentos en que Jesucristo hizo oración. Será más adecuado decir que siempre estuvo haciendo oración. Siempre estuvo en unión y “comunicación” con Dios Padre y el Espíritu Santo. Porque son Uno.
De manera deliberada nuestro Señor se nos manifiesta haciendo oración constantemente para instruirnos sobre la necesidad de la oración. Nosotros también debemos orar y orar siempre, pero de manera particular antes de realizar cualquier actividad importante en nuestras vidas.
Es muy importante que no cometamos error en estas decisiones de nuestras vidas porque cualquier error puede hacer nuestras vidas en este mundo, miserables y tal vez causarnos dolor eterno y sufrimiento en el Infierno.
Para poder tomar una buena decisión es necesario la iluminación y el consejo Divino.
Una gran cantidad de personas se inician en una vocación sólo por capricho. Les preguntamos a nuestros hijos que quieren ser o que desean hacer cuando sean grandes. Se les ha enseñado a que deben saber que es lo que quieren hacer y quieres ser, sin embargo al no tener experiencia en ninguna de estas dos cuestiones, se espera que hagan una comparación, y decisiones sin ningún conocimiento o entendimiento real.
Estamos rodeados de individuos que no tienen ningún objetivo en esta vida. Asisten a la escuela sin ninguna dirección de lo que deben estudiar, después vagan de un empleo a otro, sin encontrar el que los hace “felices” o van de una “esposa” a otra sin encontrar la “correcta”.
¿Qué les falta en sus vidas? Dirección. Y ¿dónde encontrarán esa dirección? En la reflexión sensata y en la oración. Si Jesucristo no seleccionó a sus apóstoles sin hacer oración, ¿cómo podemos creer nosotros pobres tontos, tomar una decisión adecuada, en nuestras vidas, sin oración?
Dios tiene un plan para cada uno de nosotros y a menos que cooperemos y cumplamos esta meta especifica, que ha creado para nosotros, es muy probable que no encontremos nunca la verdadera felicidad ni en este mundo ni en la eternidad.
¿Cómo podemos saber si El nos manda decir o El mismo nos dice lo que debemos hacer? Para poder ser instruidos es necesario la oración, debemos aprender a pedir: “Busca y encontrarás”. Debemos pedirlo por medio de la oración.
No debemos esperar que Dios se presente ante nosotros o que escuchemos Su voz como un gran relámpago del cielo. Sino que por el contrario habiendo orado con verdadera devoción y fervor de que somos capaces, veremos que Dios hará Su voluntad manifiesta ante nosotros, en las circunstancias en las que nos encontramos, o en el consejo sólido de un superior o un verdadero amigo.
Mientras mantengamos a Dios alejado de nosotros y busquemos hacer nuestra voluntad, jamás encontraremos nuestro verdadero lugar en esta vida, consecuentemente no encontraremos la verdadera felicidad.
Parece obvio que mucha gente falla en hacer la voluntad de Dios en sus vidas, algunos ni siquiera consideran la voluntad de Dios. Se encuentran muy ocupados corriendo como pollos in cabeza, esperando que de alguna manera se topen con la vocación adecuada o la esposa correcta. Y casi de manera invariable toman una decisión que los mantiene atados por el resto de sus vidas y tal vez en lamentación eterna.
Enseñemos a nuestros hijos consultar a Dios, sus conciencias y a sus superiores para la dirección a tomar en sus vidas. Deben ser precavidos en tomar decisiones importantes y hacer oración antes de ello. Que aquellos que están como representantes de Dios y Su autoridad (incluidos no sólo los sacerdotes y religiosos, sino también los padres, maestros etc.) hacer también oración para que puedan aconsejar y guiar según la voluntad de Dios en lugar de la suya propia.
Nuestras decisiones tienen consecuencias muy serias tanto en el tiempo como en la eternidad. Busquemos tener estas decisiones siempre en unión con la voluntad de Dios, de esta manera no tendremos nada que temer, encontraremos la felicidad tanto ahora como eternamente.
Así sea.