1 DE MAYO DE 2011
Queridos Hermanos:
“Como infantes recién nacidos, desead ansiosamente la leche del espíritu”
(Introito 1 San Pedro 2,2)
Constantemente debemos desear y buscar nutrir espiritualmente nuestra alma.
Con frecuencia nos creemos lo suficientemente maduros para evitar todo deseo espiritual. Muchas veces pensamos: Está bien para las mujeres y los niños jadear sobre las indulgencias y dones espirituales, pero consideramos inapropiado para nosotros los de inteligencia madura y razonables.
El introito de hoy nos sugiere precisamente lo contrario, mientras mayor sea nuestra madures e inteligencia mayor debe ser nuestro deseo por la leche espiritual.
Tengamos en consideración que la leche a que hacemos referencia sea pura, no cualquier tipo de leche. La anarquía religiosa que impera por todos lados incesantemente promueve que cualquier tipo de espiritualidad es buena. Se nos dicen cosas como “todas las religiones son iguales” “todos creemos en el mismo Dios” “mientras sean sinceras tus intenciones” “acude a la iglesia de tu preferencia” etc. etc. Todo esto son falsedades, esta mentalidad promueve la leche espiritual pero no pura y saludable. Es más bien una leche amarga y que atenta contra la salud.
Los apóstoles y aún el mismo incrédulo, Santo Tomás, buscaban leche espiritualmente saludable. Les ocasiono algunos problemas, especialmente a santo Tomás, sin embargo todo fue para su beneficio y bienestar. Fueron alimentados con leche espiritual por
Jesucristo antes de Su crucifixión, sin embargo no se nutrieron de esta inmediatamente, ya que estas cosas les fueron ocultas por un tiempo.
Vemos que ahora buscan y desean estar con Jesucristo, cuidando que su doctrina sea pura y verdadera. Ya no desean ser engañados de ninguna manera, al grado de no confiar ni en ellos mismos. Razón por la cual Santo Tomás desea ver escuchar y tocar el cuerpo de Nuestro Señor y sentir sus heridas. Ese deseo ardiente por la verdad es lo que nos ha dado certeza hoy a nosotros.
Lamentablemente observamos que la mayoría que se dice cristiano hoy día están interesados en todo menos en que esta leche espiritual sea pura y verdadera. Han desechado todo lo que n complace sus caprichos. Una indiferencia fría ante Jesucristo y la Palabra de Dios los ha alejado de la verdad. La verdad la han reducido a una mera teoría y está colocado “científicamente” en la idea de relatividad. Consecuentemente Dios que es la Verdad, se convierte en algo relativo.
Vemos en estos individuos la tibieza de que habla nuestro señor Jesucristo cuando dice; los vomitará.
Es probable que quienes busquen la verdad cometan errores, como lo hizo santo Tomás, pero finalmente alanzara y lograra lo que le sucedió a este mismo santo Tomás. Se nos dice que busquemos y encontraremos, tocar y se os abrirá, pedir para que se nos dé. Todo esto implica un deseo ardiente por lograrlo.
En esta cacofonía de falsedad o/y espiritualidad contaminada, debemos estar insistentemente buscando la verdad de Jesucristo y Su verdadera Iglesia. Es posible ser desviados o engañados por un tiempo, más si permanecemos insistentemente buscando la verdad, lograremos encontrar el objeto de nuestro deseo. Dios no puede rechazar a quien lo busca con tal amor.
Debemos estar constantemente alerta para no caer en l tibieza o algo peor, el indiferentismo. No debemos conformarnos con verdades a medias, es decir mentiras, o palabrería falsamente piadosa.
Los demonios son excelentes fabricantes de falsas religiones. No les incomoda la cantidad de cristianos o católicos, solo de nombre. Adoran crear sectas y herejías. Siempre hay incautos que caen en sus anzuelos para ser envueltos en las falsas religiones o falsa espiritualidad.
La Iglesia siempre ha tenido que luchar en contra de estas falsas religiones y formas erróneas de espiritualidad. Al principio la Iglesia tuvo que defender las dos naturalezas en una sola persona de Cristo, continua en esta misma lucha en contra de la revolución protestante y más recientemente contra el indiferentismo modernista y mientras estamos soportando estos errores, nuevos surgen cada vez más con el Novus Ordo y la gran cantidad de sectas “tradicionalistas” que surgieron supuestamente con la finalidad de mantener la verdad que el Novus Ordo desechaba.
Tal parece que hay una religión para cada gusto y deseo, igualmente parece que cada día surge una nueva, razón por la cual debemos desear ser siempre alimentados por la leche espiritual genuina y verdadera que ha de nutrirnos por toda la eternidad.
Asi sea.