Sunday, May 30, 2010

FIESTA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

30 DE MAYO DE 2010


“Y mirad, que yo estoy con vosotros hasta la consumación de los siglos”

Queridos Hermanos:

Este texto “abraza” dos puntos necesarios para la Iglesia: Integridad de doctrina y santidad de vida. Si alguno de estos llega a faltar a la Iglesia, sería entonces correcto decir que, ha sido abandonada por Su esposo Jesucristo. Nuestro Señor Jesucristo, hará valida su promesa al 1.- habitar siempre en los corazones de los fieles, 2.- con su presencia sacramental en la Sagrada Eucaristía, 3.- Por su cuidado providencial y protección permanente de Su Iglesia.

Estas últimas seis líneas del evangelio de san Mateo, dice la gran luminaria de Francia, Bossuet, claramente demuestra la infalibilidad e indefectibilidad de la Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica, a quien se ha ordenado a todos obedecer. (Haydock, Comentario bíblico)

La festividad de hoy nos ofrece una continuación de las muchas otras ideas de la semana pasada (Pentecostés). Aunque fue el Espíritu Santo que descendió sobre los apóstoles, fue la doctrina de Jesucristo que trajo a las mentes de estos, a fortalecerla y aclarárselas. Y las palabras de Jesucristo, fueron las que le dio Dios Padre. Luego entonces, podemos percibir que los Tres son Uno y todos habitan en la Iglesia y permanecen con ella hasta la consumación de los siglos.

Mientras que, es algo escalofriante ver a tantos opositores a la verdadera Iglesia, por motivos emocionales de un cierto apego a los edificios, personas o algún otro error, bajo la protección del Espíritu Santo, somos fortalecidos en nuestra resolución de permanecer siempre fieles a la verdadera Iglesia, esposa de Jesucristo.
Tal temor por la salvación de nuestro prójimo rápidamente se convierte en tristeza.

Su ceguera y obstinación establece inimaginables barreras a la gracia de Dios. ¿Cómo pueden ser perdonados tales pecados, si tales individuos, no pueden abrir los ojos para verlos?

Tal obstinación es principalmente un pecado en contra del Espíritu Santo, y de igual manera en contra de cada una de las Personas de la Santísima Trinidad. Rehusar escuchar a la Iglesia es rechazar escuchar al Espíritu Santo quien habla por medio de la Iglesia. Rechazar escuchar al Espíritu Santo es negarse a escuchar a Jesucristo, porque el Espíritu Santo les enseña lo que Cristo ha dicho. Rechazar a Jesucristo es rechazar al Padre que lo ha enviado, porque Jesucristo comunicó lo que le fue dado por Su Padre.

Por lo tanto, quienes pretenden hablar en nombre de la Iglesia pero que dicen todo lo contrario a lo que esta ha previamente enseñado, debemos entender que no está ni estuvo equivocada la Iglesia (lo cual resulta imposible si Dios está con ella hasta la consumación de los siglos); o más aún estos que hablan contradicciones de lo que la Iglesia ha siempre enseñado, no están guiados por el Espíritu Santo y por lo tanto no pertenecen a la Iglesia ni mucho menos tienen autoridad en la Iglesia.

Debemos concluir como se mencionó la semana pasada, que la Iglesia del Novus Ordo, no es la establecida por Jesucristo y preservada por el Espíritu Santo. Es una secta modernista, frecuentemente más liberal que muchas de las sectas protestantes que abandonaron la Iglesia católica, con mucha anterioridad.

Predican y enseñan acerca de un dios que no es el mismo al que hace referencia la Iglesia católica. Un dios injusto, que no se preocupa por el bien o el mal. No existe el pecado y todos son enviados al cielo al momento mismo de su muerte. (Como referencia es casi cada uno de los funerales ofrecidos por esta secta). Decimos que este dios es injusto porque da igual recompensa al vicio y a la virtud. Luego entonces su dios predica un amor humano por encima del divino o tal vez sería más correcto decir que divinizan al hombre, para poderlo amar como a dioses. Por estar limitados de espacio consideremos un último punto.

¿Creen que Jesucristo Nuestro Señor está realmente presente en la Sagrada Eucaristía? Aunque puede haber algunos que sí, todo parece indicar que la gran mayoría no. Han removido el Tabernáculo, han demolido los altares para colocar una mesa en su lugar, reclinatorios eliminados. El sacrificio del Calvario ha sido remplazado por un ágape. Sus hostias libremente liberadas por manos no consagradas.

No hay silencio o reverencia, sólo celebración y ruido. Podremos ignorar el rechazo de San Pablo a los fieles de Corinto “Cuando se reúnen, no es ahora, para tomar la cena de nuestro Señor?” . El Novus Ordo celebra un ágape moderno el cual es claramente condenado por san Pablo, toda vez que Jesucristo se hace presente para ser sacrificado, en reverencia y devoción no con alborotos y fiestas. No olvidemos que han cambiado incluso las palabras mismas que Jesucristo nos dejó al darnos el Sacramento: (“Por todos” en lugar de “Por muchos”).

Una vez más lo decimos, el Novus Ordo no es la Iglesia Católica. La Iglesia vive únicamente en aquellos obispos que han recibido correctamente y cooperado con las gracias enviadas por el Padre, El Hijo y El Espíritu Santo.

Así sea