Saturday, March 2, 2013

DOMINGO TERCERO DE CUARESMA


3 DE MARZO DE 2013

Queridos Hermanos:

“Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la guardan”

Con frecuencia olvidamos que no es suficiente para nosotros habernos asociado con Jesús en esta vida. Alimentar y llevar consigo a Jesús, no le fue suficiente a María para ser llamada Bienaventurada. Con frecuencia pensamos que ya porque un lugar es consagrado a Dios, siempre va a permanecer de esta manera. Nuestros templos que una vez fueron católicos han sido profanados y Dios expulsado de estos. Estos lugares ya no son sagrados y Jesucristo los ha abandonado tanto física como espiritualmente.

Cuando un lugar físicamente es dedicado a Dios, la Iglesia empieza con un exorcismo. Es muy similar, por así decirlo, al bautismo de una persona. Lo primero que se hace es expulsar al demonio. Así, lo que una vez fue profano ahora es santo.

Las iglesias estaban protegidas en contra de cualquier tipo de profanación y la que tenía la desdicha de sufrir esto, debía en alguna manera nuevamente ser santificada.

Al tomar posesión, los modernistas, sobre los templos que una vez fueron católicos, empezaron de manera gradual disolviendo la doctrina y las palabras, o forma, de los Sacramentos, para eventualmente dejara de existir la transubstanciación y el sacrificio ya no se realizaría en estos lugares Santos.

Corrompieron la Palabra de Dios, en la moral y doctrina y la Presencial Física de Cristo fue expulsada de los Sacramentos. En ese momento los demonios que habían sido expulsados, el día de la consagración de estos templos, re-ingresaron trayendo consigo siete demonios más perversos que ellos. Lamentablemente el estado de estos templos es muy parecido al estado de las almas humanas, que siguen este mismo camino, se hacen mucho peores.

Ahora la blasfemia consiste en decir que tiene y hablan sobre Jesucristo, pero el espíritu en ellos no es el Espíritu de Dios (el Espíritu Santo) es más bien el espíritu del anticristo (los demonios). Porque el reino del Infierno, ya no está dividido en los ataques a Dios y la Iglesia, ya nos damos cuenta que los demonios ya no son expulsados de las Iglesias modernistas. La actividad de exorcista, ha sido expulsada junto con las demás órdenes menores. Los bautizos de los Modernistas han sido despojados de los exorcismos.

Las casas que están barridas y limpias, no lo están en el sentido de que, no están exentas del pecado y la corrupción. A lo que se refieren las Sagradas Escrituras, podemos entender, en un sentido filosófico, simple pero profundo. El mal y el pecado no son algo positivo. Son la ausencia de lo bueno que debe existir. En el diario decir, lo usamos como algo positivo y tangible. Hablamos del pecado que hemos cometido como si fuera algo positivo, cuando en verdad es la negación de lo que si debimos haber hecho. Por ejemplo, podemos usar la oscuridad, no es una cosa positiva, es más bien la ausencia de la luz, un bache, de igual manera no es un vacio es la ausencia de algo que debería estar en su lugar.

Todo pecado es la ausencia de alguna tipo de virtud o gracia, es decir la ausencia de la más importante de todas las virtudes, la caridad. Por lo tanto, cuando escuchamos decir que las casas estaban vacías y barridas, debemos entender que toda la virtud y gracia han sido removidas. Hay un vacio de oscuridad en el cual los demonios entran con gran facilidad, rapidez y alegría.

En una tontería de nuestra parte ver estas casas, como aún benditas, porque Dios las habitó físicamente en la Sagrada Eucaristía o que estuvo alguna vez espiritualmente cuando la verdadera doctrina de Jesucristo se enseñaba en estos lugares. Son sólo benditas cuando reciben y mantienen a Jesucristo y Su Palabra. Lo mismo sucede con el alma humana. No es suficiente haber sido bautizados y haber recibido a Jesucristo en la Sagrada Comunión, debemos mantenerlo a ÉL y Su palabra siempre con nosotros.

Si fallamos en hacer esto, nuestra casa se queda vacía y barrida de toda gracia y virtud. La única apariencia de gracia y virtud es sólo eso una apariencia, por lo tanto es una ilusión y decepción de los demonios, porque sin el Espíritu Santo viviendo en nosotros somos sólo cascaras vacías.

Podemos claramente ver el vacio que hay en las iglesias Modernistas que han sido robadas de la Iglesia Católica y si somos inteligentes podremos incluso, ver las obras de los ocho demonios que la habitan. Pero debemos estar más preocupados por nuestra propia alma. Nuestra alma es mucho más importante para Dios, que estas estructuras y edificios. Dios quiere nuestro corazón, no los edificios inertes.

El fin de la creación y el tiempo, es cada vez más cerca, día con día. Y así como Noé prevenía a la gente de su tiempo y fue ignorado por la mayoría, de la misma manera la verdadera Iglesia por medio de sus Verdaderos Obispos, que nos previene nuevamente y de manera similar es ignorada por la gran mayoría.

Procuremos no estar entre la mayoría, cuando regrese Jesucristo. Más bien hagamos que habite en nosotros desde este momento, y que encuentre nuestra alma, no vacía y limpia, sino más bien adornada y llena de Su gracia y todas las virtudes.

Que así sea.