Saturday, September 26, 2009

DOMINGO 17mo. DESPUÉS DE PENTECOSTES

27 DE SEPTIEMBRE DE 2009

Queridos Hermanos:

Nuestro señor les pregunta a los Fariseos: “¿Qué os parece de Cristo?” Esta es una pregunta muy importante que ha venido siendo un gran obstáculo en el camino del hombre, desde el inicio de la creación.

¿Qué fue lo que obligo a los ángeles caídos compararse con Dios al grado de que San Miguel Arcángel tuvo que lanzar el rechazo en contra de estos: “Quién como Dios?”. Se ha sugerido que la razón fue, la revelación de que, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad se haría hombre y en esta condición serían requeridos Adorarlo. Este fue el gran obstáculo a su orgullo que forzó de sus labios la rebelión “no te serviré”. Como podemos ver, desde tiempo de la creación misma, se ha buscado negar a Cristo.

Cuando Cristo, finalmente, vino a este mundo, el rey Herodes esperaba con temor a un rey terrenal más que espiritual. Aún en esto fallaron, entender quien es Cristo.

Después de que Cristo hubo ayunado cuarenta días, en el desierto, vemos a los demonios tentándolo, tratando de forzarlo a que se manifestara a sí mismo. Todo parece indicar que la Persona de Jesucristo, sigue siendo rechazada por los demonios a pesar y después de todo tiempo que han sufrimiento en el Infierno.

Es san Pedro el único que, contesta de manera acertada cuando dice a Jesucristo: “Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo” de igual manera la Iglesia Católica ha conservado esta verdad sobre quien es Jesucristo y Dios.

Sin embargo, los ángeles caídos y algunos hombres de estas mismas característica se empeñan en dudar y cuestionar esta gran verdad, por tener su entendimiento impedido por el orgullo que obstaculiza la simple y humilde creencia en Dios. En los primeros años de la Iglesia vemos a muchos hombres promoviendo herejías relacionadas a la Persona de Jesucristo.

El primero que aparece a escena en negar la divinidad de Jesucristo es, Theodotus, comerciante de pieles. Fue excomulgado por el santo Papa, Víctor, en la última década del siglo dos, por declarar que Jesucristo era un simple hombre. Arrio parece haber caído en estos mismos pasos al declarar que el Hijo habría de venir después, y del Padre, luego entonces debería ser, una criatura. Los seguidores de Nestorio decían que Jesucristo era un hombre que paulatinamente se convertiría en Dios. Y los Monofisitas a manera de contra atacar las acciones de las otras herejías intentaron negar el hecho de que Cristo tuviera naturaleza humana. Quisieron presentarlo, únicamente como Dios y nunca con naturaleza humana.

Los protestantes se sublevaron y continuaron enfrentándose a esta misma pregunta, sólo que ahora dudaban, la presencia de Cristo en las Especies Sacramentales. Zuinglio presentó a Jesucristo como meramente simbolizado en la Hostia; Lutero quiso presentar a Jesucristo lado a lado con el pan eucarístico. Calvin, quería un Jesucristo con presencia “espiritual” sólo al momento en que los fieles recibían la hostia. Todos estos son sólo intentos de negar la Transubstanciación y por lo tanto a Jesucristo.

En nuestros días vemos el resurgimiento de las mentiras y distorsiones, de las creaturas tropezando nuevamente sobre esta cuestión. El Novus Ordo intenta una negación de Jesucristo, un poco más sutil a través de la enseñanza indirecta, según se revela en sus prácticas. La presencia de Jesucristo fue movida del Tabernáculo del altar principal a un altar lateral o definitivamente eliminada. En un lugar, el Tabernáculo fue colocado a lado de la Biblia en el altar simbólicamente mostrando equivalencias entre los dos, negando de esta manera, la presencia real y verdadera en las Sagradas Especias. Cambiaron el significado de la Misa, de ser un Sacrificio Incruento renovación del Sacrifico en el Calvario a una celebración de la resurrección y gloria de Jesucristo, en ofrenda a Dios en una cena comunitaria. El altar fue remplazado por una mesa; sacrificio por cena; sufrimiento y muerte con resurrección y vida. La Hostia ya no es sagrada y es colocada en manos y lugares no consagrados, y ya no se le da el honor y respeto que le pertenece al Hijo de Dios oculto en las Sagradas Especies.

Todas estas cosas son, al final de cuentas, la negación de Dios; un ataque contra Jesucristo. En todas estas cuestiones las creaturas han fallado en ver la humilde, simple y bella realidad, que dice que Jesucristo es el Hijo de Dios. La Segunda Persona de la Santísima Trinidad; Dios hecho Hombre. Una Persona con dos naturalezas. Dios y Hombre. Esta verdaderamente presente en la Sagrada Eucaristía, cuerpo, sangre, alma y Divinidad. Verdadero Dios y verdadero Hombre; y todo lo que queda del pan y vino son las apariencias. Las substancias se han convertido en la substancia de Jesucristo, hechas presentes para ofrecerse a Si mismo en sacrificio por nosotros – continuando con el mismo sacrificio, como en el Calvario.

Conocemos ahora, la respuesta a la pregunta que ha sido a través de todos los tiempos un obstáculo en nuestro camino. Pidamos a Dios que nunca perdamos de vista esta verdad y que nunca seamos golpeados por la ceguera de los demonios; los fariseos, y los herejes viejos y nuevos.

Así sea.